lunes, abril 29

Una zona de desastre natural llamada La Cañada de Urdaneta (+Fotos y Videos)

Dos días después del paso de dos trombas marinas por el municipio La Cañada de Urdaneta, las autoridades continúan en labores de recolección de escombros y de restablecimiento de los servicios públicos, además de la reubicación de los afectados por el fenómeno natural poco común en el país.

Estos trabajos los adelantan las tres instancias de gobierno, mientras los perjudicados por el paso de las trombas marinas esperan las ayudas de las autoridades y en algunos casos se lamentan por los enseres o infraestructura perdida, ya que costó años de trabajo levantarla, sin embargo, miran al futuro con la esperanza de un futuro mejor pues a pesar de la tragedia aún están con vida.

Con un total de 400 familias que ahora viven las consecuencias del paso de las llamadas «mangueras».

También el mercado muncipal Sol de Urdaneta, en la parroquia Concepción, y tres canchas deportivas terminaron con sus techos en el piso, al igual que unos 27 postes, algunos de concreto y varios transformadores eléctricos.

Algunos habitantes de la parroquia Chiquinquirá se niegan a dejar sus casas a pesar de que carecen de resguardo de los nuevos vendabales o lluvias, porque buscan proteger lo poco que lograron rescatar tras perder el techo que los cubría.

Un caso que llamó especialmente la atención de las autoridades regionales fue el estado en el que quedó la escuela Maestro Francisco Esparza, ubicada en también en la parroquia Chiquinquirá. Hoy de la institución quedan algunos salones y un montón de escombros y la otrora estructura del techo de la cancha.

Los habitantes de La Cañada hoy solo cuentan el horror que vivieron en los 15 minutos que duró el paso de las dos trombas y como hicieron para evitar ser aplastado por alguno de los materiales que el fenómeno arrastraba consigo.

Tras 48 horas el Sol brilla nuevamente en el municipio, y la gente trata de adaptarse a su nueva realidad, pero de vez en cuando miran al cielo para verificar y buscar el resguardo para los pocos enseres que salvaron, y refugio para ellos en caso de llueva nuevamente.

Por: José Manuel Sánchez / Fotos y videos: Lizaura Noriega