Con una cola de pimpinas y pipas los pescadores de San Luis (La Guajira) y El Bajo, de San Francisco, esperaban en la estación de servicio PDV, mejor conocida como “El Bebedero”, para lograr surtir gasolina. Contaron a Foco Informativo que están “cansados” de tener que “danzar” por unos litros de hidrocarburo que les dan “de mes a mes«.
Hombres y mujeres, todos a la misma voz, piden ser incluidos en la lista de sectores priorizados que reciben combustible. “Nosotros solo queremos trabajar. Ya estamos cansados, nadie se acuerda de los pescadores, necesitamos 60 litros diarios para la jornada de producción y la realidad es que no nos quieren ni vender en las subsidiadas la gasolina”, explicó una mujer que se dedica a la pesca que prefirió no identificarse.
El miércoles luego de un mes esperaban, cerca del mediodía, en “El Bebedero”, ubicada en la avenida principal del municipio sureño, para echar 35 litros, “aquí cada vez que nos quieren robar la gasolina nos la roban, y cuando no nos quieren vender no nos venden”, indicó un hombre rubio que esperaba reunido junto a otros de sus compañeros de trabajo.
Denuncian que no tienen estación de servicio fija que los atienda además, que pierden cerca de mil 200 kilos de pescados cuando van surtir, “tenemos que dar seis kilos por cada 35 litros de gasolina que no echan, no es si queremos es obligatorio”.
Aseguran que con los pescadores “tienen una corrupción”.
Exigen al gobernador del estado Zulia, Omar Prieto, hacerse responsable de los pescadores “si quieren que inspeccionen las embarcaciones y de allí que hagan una lista, pero que lo haga directo el gobernador para ver si esto se soluciona”.
Los pescadores no tienen muchas opciones. Cuando no consiguen el combustible por la vía normal obligatoriamente deben recurrir al mercado negro donde pagan entre 20 o 30 dólares “por el punto de 20 litros”.
“Hay que brincar y saltar para conseguir esos reales, pero para trabajar necesitamos gasolina. El Consejo de Pescadores no hace nada por nosotros y cada día la situación se pone peor”.
Están en alerta y temen quedar con muchos de sus excompañeros, sin trabajo. “En San Luis habían unas 200 lanchas activas ahora solo hay como 80”.
Por: María Gabriela Villalobos / Fotos: Lizaura Noriega