El 2023 inició con una serie de protestas encabezadas por el sector educativo inicial, básico y diversificado, el cual exige, entre otras cosas, una infraestructura digna para dar clases. Sin embargo, aunque estas manifestaciones cuentan con el respaldo y el acompañamiento de los gremios del alma máter regional poco se habla de sus instalaciones.
El paisaje que luce en algunas áreas de la Universidad del Zulia es el de una película de un futuro distópico. La ausencia de los seres humanos en ciertas áreas causó que la naturaleza se lanzara a recuperar espacios que antes eran de ella y dejó tras de sí áreas que despiertan el miedo ante el posible asalto de un acechador oculto en las sombras del abandono.
Una muestra de la anterior descripción está en la Escuela de Petróleo y Química, detrás de la faculta de la Experimental de Ciencias, donde el monte y la hiedra ocultan el balancín que funge como símbolo de la institución, que este año debería estar mucho más activa ante el reinicio de la explotación petrolera en la región.
Antes de llegar a Petróleo, algo que llama la atención es el silencio de la Parada Estudiantil, donde la desaparecida ruta universitaria recogía a los estudiantes de los municipios foráneos o los sectores de la capital zuliana más alejados a la ciudad universitaria que hoy supera las 40 hectáreas si se cuentan los núcleos Cabimas y Punto Fijo.
Y es que desde antes que la matrícula de la máxima casa de estudios de la región decayera, los autobuses dejaron de funcionar y hoy, lo que anteriormente era un garaje con estación de servicio PDV, es un cementerio donde descansan los restos de las unidades, algunas sobre los populares “cuatro bloques” después del desvalijamiento a las fueron sometidas por los vándalos.
La entrada de la de Dirección de Tecnologías de Información y Comunicaciones de la Universidad del Zulia y Teveluz luce totalmente despejada, pero de vehículos y personas, mientras que la “jirafa” de la garita permanece abierta.
Los pasillos de concreto que conducen en Ciencias o al Núcleo Humanístico recuerdan a los monumentos arqueológicos, porque la vegetación los cubre y solo deja ver la silueta que lo que una vez fue y por el cual no cualquiera atraviesa.
En la entrada de la facultad de Humanidades y Educación cualquier vehículo es visto por los pocos estudiantes como sospechoso. Los otrora atestados pasillos llenos de alumnos, vendedores y maquinas fotocopiadoras ahora son transitados por un puñado de personas porque es una de las instancias que siguen activas.
La escuela de Idiomas Modernos abría las puertas a los bachilleres, quienes ven clases a distancia, pero acudieron a presentar un examen. Por los pasillos de Comunicación Social no caminaba nadie, pero era claro que las aulas eran funcionales. En Derecho, la dama de la Justicia, que corona la plaza homónima, apenas y se ve y el Sol de la ciudad le resta color al monumento.
José Sánchez, trabajador de la facultad de Humanidades y Educación desde hace más de 40 años, señaló que a pesar de todo ve a los estudiantes inscribirse, con ganas de estudiar presentar sus pruebas a pesar de lo peligroso que significa entrar a la universidad que está en un estado en el que ni siquiera se puede transitar dentro de ella.
“Antes (la universidad) era hermosa. Ahorita lo que da es lástima, esto en verdad está perdido. Yo vivo dentro de la facultad de Humanidades y Educación. Tengo ya tres años viviendo aquí para medio mantenerla como está hasta donde se pueda”, destacó el obrero, quien señaló que el principal problema, al menos en su facultad, es la maleza lo que puede ser peligroso para trabajadores y estudiantes. “Pero ellos igual lo hacen”.
El Deterioro progresivo de LUZ
Francisco Pinto, presidente de Asociación de Profesores de la Universidad del Zulia (APUZ), explicó a Foco Informativo que las partidas para lo que es el mantenimiento de la universidad “prácticamente no existen” lo que la llevó a un consecuente deterioro.
“A esto le sumamos la acciones de la delincuencia que convive en el estado Zulia, en el área universitaria, la cual se ha acentuado en los últimos años, incluyendo la pandemia, cuando la universidad sufrió prácticamente una devastación porque fueron sustraídos de la diferentes facultades muchos equipos y se sufrieron daños materiales que incurrieron en la infraestructura”, destacó el docente.
La facultades de Ciencias, Veterinaria o la Casa del Profesor, sede del gremio docente universitario, son algunas de las muestras que enumera el vocero de APUZ, quien estimó que el daño en la infraestructura física alcanza el 60 por ciento, sin embargo, hace la salvedad de que hay otros áreas como la facultad de Medicina, cuyo decano, Sergio Osorio, hace lo posible para mantener la facultad en funcionamiento.
“Esa (Medicina) es una de las que está en las mejores condiciones dentro de la universidad y así conseguimos áreas como la facultad de Agronomía, que a pesar de que tienen fallas, están abiertas, funcionales para cumplir con el objetivo final de la universidad que es mantener la educación superior con buen nivel de calidad”, subrayó.
El dirigente gremial informó que Ciencia estuvo cuatro años paralizada, porque ni siquiera contaba con servicio eléctrico, pero que hace casi un mes fue reparado por acciones emprendidas por la Universidad que permitieron la recuperación de algunos espacios.
Pinto explicó que los gremios universitarios, además de respaldar las protestas que inició el gremio educativo de inicial, básico y diversificado, se plegaron a la protestas como otros sectores públicos del país para exigir un sueldo mínimo digno, pero que también tiene como bandera mejorar la infraestructura educativa del país, aunque aclaró que el reclamo principal es el salario.
“No es que no se pelee por la infraestructura, sino que se ha ido encaminando la lucha, primero, para tener un buen salario. Una vez que se obtenga un buen salario, en segundo término, por supuesto está el mejoramiento de la infraestructura”, expuso.
Sobre si las instalaciones están en la capacidad de recibir a los estudiantes como antes de la pandemia, el profesor recordó que las autoridades, dentro de sus funciones, llamaron a clases presenciales por lo que APUZ consultó a sus agremiados sobre esa decisión y el acuerdo es que regresaran, pero cada facultad tiene que adaptarse a cada una de sus necesidades y lo que puede ofrecerle tanto a profesores como a estudiantes, es decir, las que puedan dar clases presenciales que lo hagan y las que puedan utilizar la metodología online que trabajen de esa manera para cumplir con el objetivo de la universidad.
“Nosotros creemos que la universidad sí debe mantenerse abierta, pero con comisiones de trabajo por lo menos mínimas. (…) Queremos que la universidad continúe, pero a la par no tenemos condiciones para la docencia, no porque la estructura de la infraestructura física no los permitan, sino porque no tenemos como movilizarnos o cubrir gastos de otro tipo por los sueldos muy bajos”, puntualizó.
La reciente promesa de Maduro a las universidades
El pasado 14 de febrero presidente Nicolás Maduro instruyó a la Misión Venezuela Bella rehabilitar totalmente la Universidad de Carabobo, plan que se hará efectivo a restos de las universidades del país.
“Hay que entrarle (a las otras instituciones) con la fuerza estructural con la que hemos entrado en la comunidad universitaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y que los estudiantes y el personal de esas universidades sienta que la Misión Venezuela Bella llegó a sus espacios y llegó recuperándolo todo”, dijo en transmisión del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).
A través de una conexión vía telefónica en el programa Despierta Maracaibo, transmitido por Metropolis 103.9 y moderado por Willy Casanova, la presidenta de la Misión Venezuela Bella (MVZ), Jacqueline Faria, informó que inspeccionaran la Universidad del Zulia (LUZ), para iniciar su recuperación luego de las festividades Carnestolendas.
La funcionaria del Gobierno nacional resaltó que se reunirá con las autoridades de LUZ en pocos días, para analizar cuáles son las prioridades; sin embargo, se tiene previsto iniciar con la rehabilitación de las aulas, las salas de baño, laboratorios, espacios comunes y la impermeabilización, lo que sin duda mejorará la condición laboral de los docentes, estudiantes y trabajadores de LUZ.
Para Sánchez, quien añora los buenos tiempos de LUZ, no ve tan mal que el Gobierno nacional o la empresa privada rescaten la universidad, pues todo lo bueno que llegue a la casa de estudios será bien recibido, pero no le da mucho crédito a una gestión que le paga seis dólares mensuales. De manera similar, el presidente de APUZ señaló que no sería necesario semejante intervención, pues cree que entregar un presupuesto acorde a la realidad actual sería lo ideal para que la institución ejecute según su planificación.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noriega
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