domingo, abril 28

La fe reina en La Cañada: Testimonio de la presencia de Dios en medio de una tragedia (+ Videos)

El municipio La Cañada de Urdaneta aún trabaja para recuperase de la tragedia que arruinó dos parroquias de esta jurisdicción, ubicada a una hora de Maracaibo. Los equipos de trabajo de los tres niveles de gobierno confluyeron en la zona para levantar lo que dos trombas marinas arrasaron en al menos 15 minutos.

Concepción y Chiquinquirá son las dos parroquias que resultaron afectas. Sin embargo, sería la segunda la que se llevaría la peor parte, porque es donde confluyen más residencias y por ende son más familias que hoy no cuentan, literalmente, con un techo que los resguarde.

Aunque la angustia es el mayor denominador entre los afectados, todos coinciden en el hecho de que Dios los salvó y la estadística parece estar de acuerdo con la afirmación, pues el paso del fenómeno natural no registra ni un solo deceso y solo 25 heridos que fueron atendidos de manera inmediata.

Lalinia Gutiérrez, una de las afectadas del sector La Ensenada, de confesión católica – romana y vecina de la iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá recuerda que al momento de iniciar la tormenta, tomó un rosario plástico que tenía colgado en una pared, al lado de una imagen de San Benito y lo colgó en una cuerda de tender ropa.

Ese rosario nunca se movió del sitio. Siempre permaneció en el mismo lugar donde lo dejó colgado: “Esto nunca voló”, comentó al tiempo que besaba el crucifijo y decía: “Señor tu nunca volaste. Dios hizo el milagro de que no nos pasara nada, de no se así hubiéramos muerto. Agradecida estoy de ti”.

Agradeció al Todo Poderoso por la bendición que pasó en su casa.

“No sé si será para que nos fuéramos de aquí, para evitar que cayeran estas paredes que esto está de mirarlo y no tocarlo señor. Yo soy católica y digo Dios mío aplaca esta tormenta, Santa Clara aclara todo. Primero Dios y después a los que están detrás de Él”, detalló.

En la parroquia que lleva el mismo nombre de la patrona del estado Zulia, varios habitantes reportaron que oraron a Dios y sus santos para no perder la vida ante los estruendos desatados por el fenómeno atmosférico que desprendías las latas de zinc de los techos y en algunos casos tumbaba paredes.

Gutiérrez, quien vive con niño especial y otras cuatro personas más, detalló que el pequeño empezó a convulsionar en medio de la tragedia, mientras que a su hija casi le caía una pared por lo que ella recurrió al Señor en busca de fuerzas.

“Le rogué que no me pasara nada para yo seguir con este niño porque ¿Qué iba hacer con este niño? Yo no hallaba que hacer. A mi hija casi la vi muerta. Esto fue feo. A mí me dio una vaina, pero Dios me dio fuerza para que yo siguiera por este inocente porque sería de él sin mí”, cuestionó la afectada.

Por: José Manuel Sánchez / Foto y video: Lizaura Noriega