viernes, noviembre 22

La apatía: Un obstáculo para la oposición venezolana que busca derrocar a Maduro

La oposición de Venezuela espera que una contienda por la nominación presidencial reúna a los partidarios después de años de intentos inútiles de derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero se enfrenta a una profunda apatía de los votantes mientras la gente lucha por pagar alimentos y otros conceptos básicos.

Los legisladores de la oposición nombraron recientemente un nuevo liderazgo de tres personas para su legislatura paralela, que es reconocida por muchos países occidentales como el último organismo democrático que queda en Venezuela.

Ahora, necesitan un candidato presidencial que pueda persuadir a los votantes para que lo conviertan en el próximo líder de Venezuela.

Pero después de años en el desierto político, la oposición está desarticulada, en un momento en que Maduro disfruta de relaciones renovadas con los vecinos Colombia y Brasil y algunas restricciones estadounidenses más relajadas.

Y los votantes están desilusionados.

“La gente no le presta atención a la política”, dijo María Eugenia Aray, de 29 años y madre de tres hijos, que vive en Guatire, cerca de la capital, Caracas, y señaló que podría participar en las primarias. «La crisis económica es lo que molesta a la gente, por los bajos ingresos».

La contienda presidencial está programada tentativamente para 2024.

Varios candidatos declarados y probables en las primarias -al menos una docena de personas de varios partidos de la oposición han dicho que se presentarán- dijeron a Reuters que la apatía y la frustración con la oposición son los principales desafíos para atraer votantes.

“El cansancio tiene que ver con la situación socioeconómica extrema que estamos viviendo”, afirmó el candidato Juan Pablo Guanipa, del partido Primero Justicia, y agregó que también influyó el fracaso de la oposición en derrocar al presidente socialista Maduro.

Maduro asumió el cargo después de la muerte de su mentor Hugo Chávez y ganó su propio mandato en 2013. A pesar de supervisar la hiperinflación, las elecciones de 2018 que Estados Unidos y otros consideran fraudulentas y el colapso económico que ha llevado a la emigración de unos siete millones de personas, demostró ser resistente para retener el poder.

Más del 69 por ciento de las personas en una encuesta reciente de la encuestadora Delphos destacó que se necesita un cambio en el liderazgo para mejorar la economía. Pero poco menos del 26 por ciento dijo que definitivamente votaría en las primarias y casi el 30 por ciento definitivamente no lo haría.

“El desafío es cómo hacer que las primarias sean creíbles”, expuso Juan Guaidó, quien dirigió el gobierno interino de la oposición desde 2019 hasta que fue reemplazado por el triunvirato en enero. Se espera que declare su candidatura.

El control gubernamental de los medios pone a la oposición a la defensiva, expresó, «como si estuviéramos en 1950».

La mayoría de la gente siente poca conexión con la política, aseguró Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis. “El desafío de estimular la participación es grande y nada fácil”, aseguró.

Algunos activistas de la oposición comenzaron una campaña de fin de semana en Caracas y otras ciudades para promover el voto, mientras que otros recurrieron a las redes sociales.

“En este país hay una cultura del voto. A medida que se acercan los procesos políticos la gente se va interesando”, subrayó Henrique Capriles, quien fue candidato presidencial de la oposición en 2013 y ahora tiene prohibido postularse por orden judicial.

Sin embargo, Maduro y sus aliados han sembrado desconfianza en el proceso democrático, destacó Capriles, y la oposición aún no lo ha restaurado con éxito.

 

La exlegisladora y candidata primaria María Corina Machado dijo que la carrera presidencial de 2024 sería «una oportunidad única» para generar cambios.

“Es urgente que nos coordinemos y le demos fuerza y legitimidad a un nuevo rumbo político”, añadió.

Pero algunos venezolanos en apuros para llegar a fin de mes siguen siendo impermeables a los esfuerzos de la oposición.

«Cada día somos más pobres y no creo que más elecciones sean la solución definitiva a este desastre», dijo el vendedor de verduras David Lugo, de 54 años, que vive en la otrora próspera ciudad petrolera de Maracaibo. «La situación económica es tan dura que (votar) es una pérdida de tiempo».

Por: Agencias / Foto: Cortesía